Miraba y remiraba Richie Porte a los lados este domingo mientras ascendía la Colombière. Se sentía extraño, sintiéndose el más fuerte, pero sin encontrar ningún hombre vestido de rojo y negro a su alrededor. Esos que tan bien le habían cuidado el sábado, pero que desaparecieron en el ensayo general del caos, ese que tanto disfrutan los aficionados al ciclismo y tanto sufren los directores de equipo. Ese bendito caos que marcó la última etapa de la Dauphiné y donde todos dejaron certezas y dudas pensando en el Tour de Francia. Que si me faltan piernas, que si me falta equipo, que si todavía estoy corto de preparación, que si el Tour se me va a hacer largo…todos con la Grande Boucle en la mente mientras buscaban domar al caos. Ese en el que reinó alguien que nunca suele reinar: Jakob Fuglsang.

“Hemos sido listos”. Así resumía el día el maillot amarillo definitivo de la carrera, Jakob Fuglsang, un hombre que ha hecho una semana perfecta por las carreteras francesas. Aguantó el tirón en la crono, sumó una victoria parcial el día del Mont du Chat y en la jornada definitiva supo aprovecharse de los marcajes entre los favoritos. Y por supuesto, de sus piernas, las mejores de la semana junto con las de Richie Porte. La primera victoria en una general del World Tour del medallista olímpico de Río le sirve para coger galones de cara al Tour, carrera donde tendrá que trabajar para un Fabio Aru que ha demostrado una buena condición física durante toda la semana.
El trending topic de la Dauphiné es unánime: afinar las piernas. Lo necesitan todos, incluso Richie Porte, que sí que ha demostrado un estado de forma envidiable. El problema es que sería envidiable dentro de tres semanas y quizás no ahora, ya que el Tour se le puede hacer demasiado largo al australiano. También a su equipo, que ha mostrado debilidades en un entorno complicado como el de la última etapa de esta carrera. Teniendo en cuenta la alineación de lujo que va a presentar el Sky el 1 de julio, mucho tendrá que mejorar BMC para arropar a su líder en las etapas importantes del Tour.

Dudas de Porte y dudas de Froome. Bien en lo táctico, valiente – el que más – en las bajadas pero sin mostrar un estado de forma óptimo para el Tour. De hecho, ha acabado perdiendo el pódium en favor de Daniel Martin – un experto en vueltas de una semana – en la última subida. No es el Froome de otros años, pero aún así sigue siendo el máximo favorito para la ronda gala. Por equipo, por experiencia y porque suponemos que encontrará un buen golpe de pedal. Eso sí, deberá romper las estadísticas ya que cuando no ha ganado la Dauphiné nunca se ha llevado el Tour.
Piernas también le han faltado a Alberto Contador y a Alejandro Valverde. Eso sí, el papel de cada uno esta semana ha sido totalmente opuesto. A rueda, defensivo y sin plantear ni un solo ataque el de Pinto, en una actitud extraña teniendo en cuenta sus condiciones y que él explica diciendo que lo mejor es llegar fresco al Tour. No llegará tan fresco Valverde – que lo ha ganado casi todo este año – pero lo hace con la carta de presentación de haber dinamitado todas las etapas importantes. No es Bala del principio de temporada, pero está claro que será un hombre decisivo en el Tour pensando en Nairo Quintana. El mejor gregario para Movistar y quién sabe si la mejor bala en la recámara de cualquier equipo.

Dudas e incógnitas también para los corredores del segundo escalón de favoritos. Bardet y Aru se dejaron hasta el apellido en la crono y eso hace que sus candidaturas pierdan muchos enteros. En montaña han estado activos y han demostrado que pueden ser actores principales de la carrera. También ha sido bonita la pelea de los jóvenes, entre Meintjes y Buchmann, corredores han puesto un poquito de picante en la carrera. El primero estará en el Tour, el segundo no sabemos si todavía tendrá que esperar a que le crezca la barba.
El examen parcial ha dejado sensaciones encontradas. No hay conclusiones, ni notas definitivas y todo son incógnitas mientras los organizadores del Tour de Francia se frotan las manos. Quedan tres semanas para afinar las piernas, lamerse heridas y rodearse lo mejor posible para la mayor batalla de todo el verano. Esa que se acerca mientras todos nos hacemos una pregunta: ¿se romperá la tiranía del equipo Sky o será otro verano de más de lo mismo? La carretera y las piernas son las únicas que tienen todas las respuestas.