Las vidas cruzadas de Démare y Bouhanni

Tiraba con todo FDJ en la tercera etapa de la Dauphiné. Sabía que era una oportunidad de oro para Démare, el corredor que había ganado silbando el primer sprint de la ronda gala, pero en esta ocasión el ciclista francés se tuvo que conformar con luchar por la séptima plaza. La fuga, ayudada por un recorrido rápido y cargado de curvas en la parte final del trazado, tumbó al pelotón. Algo extraño, algo inusual – casi imposible de ver en el Tour – y que permitió a Koen Bouwman conseguir su primera victoria como profesional. También, desempolvar un tanto la vitrina de trofeos del Lotto-Jumbo. Mientras tanto, en el pelotón, un francés vestido de azul y blanco lanzaba un grito de rabia mientras ganaba el sprint por las migajas. Otro francés, uno que viste de rojo, suspiraba de alivio.

Solo veremos un sprint masivo más en territorio francés hasta el Tour. Solo queda otro capítulos más de esas vidas cruzadas que tienen Arnaud Démare y Nacer Bouhanni. Esas, que como diría Quique González, se persiguen y se van encendiendo cuando se acercan las grandes citas como el Tour de Francia. Quizás, por eso los dos afrontaban con muchísimas ganas este examen parcial donde el de la FDJ ha sacado mejor nota. Da igual, poco importará si es su rival el que consigue algo histórico: ser el corredor francés que rompa la mala racha en sprints masivos en la Grande Boucle. Los dos, con permiso de Bryan Coquard, son los máximos candidatos para romper con once años de maldición. Once años de sueños rotos para el ciclismo francés en el arte de la velocidad.

Bouhanni y Demare
Su rivalidad comenzó con los mismos colores y a pesar del cambio de maillot de Bouhanni ha aumentado temporada tras temporada. ©ZikloLand

Cuando Jimmy Casper levantó los brazos en Estrasburgo tras el banderazo de salida del Tour de 2006, Démare y Bouhanni todavía se llevaban bien. Los dos comenzaron a destacar a partir del año 2011 con la FDJ, y su relación cordial duró todo lo que podía durar teniendo en cuenta sus personalidades opuestas. No había hueco para dos gallos tan importantes en el corral de Marc Madiot, así que la única decisión que quedaba por tomar es saber quién tenía que hacer las maletas. Fue Nacer Bouhanni, tras firmar su mejor temporada en 2014, el que emigró con parte de su gallinero al equipo Cofidis. Sumó victorias en el Giro y en la Vuelta y ganó caché para firmar un buen contrato con otra de las históricas estructuras francesas.

Madiot se quedó con el tipo familiar, el más tranquilo y también el corredor que podía rendir mejor en otros terrenos. El Cofidis se llevó al «boxeador» con más carácter, un velocista nato que comenzó a dar resultados casi desde el primer día. Los dos tienen un futuro por delante similar (26 años de Bouhanni por 25 de Démare) y de momento los números inclinan la balanza hacia el ciclista más veterano. Desde que comenzaron a competir con equipos diferentes Bouhanni suma 25 victorias por 11 de Démare. Sin embargo, el debate se equilibra si analizamos esos triunfos y los últimos acontecimientos de este bonito duelo entre los dos franceses.

Campeonatos nacionales, mundiales, carreras de prestigio…..son muchos los lugares que han presenciado buenos capítulos de esta batalla, pero sin duda fue en la Vía Roma de San Remo donde vivimos el mejor episodio de esta antología. Los dos llegaban bien colocados al sprint masivo del año 2015, estaban entre los favoritos, y comenzaron a buscar la victoria en una posición inmejorable tras la caída de Fernando Gaviria. Todo hacía presagiar un duelo muy igualado, luchando por la Milan-San Remo en una foto finish para la historia, hasta que la cadena de la bicicleta de Bouhanni dijo basta. El «boxeador» tuvo que observar con rabia como su compatriota conseguía un monumento delante de sus narices. Los gritos de rabia del corredor del Cofidis y sus puñetazos contra la bicicleta lo decían todo: había sido la peor derrota de su carrera. El Tour del año pasado pudo ser un gran momento para redimirse, pero una pelea en el hotel de su equipo lo dejó sin poder resarcirse en el único lugar en el que debe hacerlo: la carretera.

Un año después y con todo de cara para Démare – visto lo visto en Dauphiné y esta temporada – el Tour nos regalará un nuevo episodio de estas vidas cruzadas. Unas vidas que se encuentran muchas veces escondidas entre los Kittel, Cavendish, Sagan o Greipel. Todos estarán en la línea de salida del Tour, todos serán rivales, pero pocos se tendrán tantas ganas como Démare y Bouhanni. Dos almas opuestas, dos modos de entender este maravilloso deporte y dos vidas cruzadas con un mismo objetivo: reverdecer los laureles del ciclismo francés.

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