Las grandes vueltas dejan vacío existencial. Son tres semanas intensas, cargadas de emociones y de muchas horas disfrutando del mejor deporte del mundo. No sé si os pasa, pero yo siempre tengo la sensación de ir a contrapié después de una de ellas, como un mal despertar tras una buena noche de fiesta.
El Giro ya es historia y el calendario nos invita a pensar en el Tour, sobre todo cuando a partir de este domingo veremos un duelo entre casi todos los favoritos en Dauphiné. Una carrera atractiva y que además sirve como último test para todos antes de la verdadera gran cita francesa. Ya sabéis cuál es la mejor manera de curar las resacas y la del Giro pasa por unos buenos lingotazos de ciclismo en Dauphiné.
Las estadísticas son claras y el dicho se suele cumplir. Quién gana en Francia en junio suele repetir en julio, algo que se ha cumplido casi a rajatabla en los últimos 5 años. Lo hizo Wiggins en 2012 y también Chris Froome en sus tres victorias en la Grande Boucle. Solo en 2014 Nibali estuvo lejos de la victoria en la Dauphiné, quizás porque el siciliano no encontró su punto de forma hasta los nacionales italianos. Desde entonces, nadie pudo con él en las carreteras francesas. Si indagamos un poco más, veremos que el último ganador del Tour que se decidió por la Vuelta a Suiza como preparación – que comienza este año el 10 de junio – fue Andy Schleck en 2010. Así que no es descabellado afirmar que de la Dauphiné saldrá el ganador del próximo Tour de Francia.
Favoritos

La participación – aquí la tenéis completa – es de lujo. Sobre todo, si repasamos la nómina de favoritos que desde el domingo intentarán conquistar el maillot amarillo y dar un aviso a sus rivales. El principal candidato al triunfo es Chris Froome, recién llegado desde una concentración en el Teide, y con sed de victorias esta temporada. Siempre ha mostrado un buen nivel en Dauphiné y tendría que tener ya completamente afinada su preparación para el Tour de Francia.
Quién ha rendido muy bien este año, aunque sin demasiada suerte, es Alberto Contador. También llega después de una concentración en el Teide y con el objetivo de encontrar buenas sensaciones. Decía Contador que ha sido muy conservador para llegar bien al Tour y que quizás no veamos su mejor cara en Dauphiné. Veremos si es una forma de quitarse presión o una realidad a menos de un mes de su gran cita del año.
Hay otros muchos nombres que no pueden faltar en la terna de favoritos. El primero es el de Alejandro Valverde, más que nada porque ha ganado todas las vueltas por etapas que ha disputado este año. Además, será el líder de Movistar ya que Nairo Quintana necesita un descanso tras un agotador Giro de Italia. Valverde también llega después una concentración en altura, en este caso en Sierra Nevada, y si mantiene las piernas de principio de temporada es capaz de cualquier cosa en una carrera que ya ha ganado dos veces (2008 y 2009).

No nos podemos olvidar de Richie Porte, el líder del BMC, que este año ha ganado en Romandía. Ha competido muy poco, solo en el Tour Down Under, París-Niza y Romandía, y lleva una preparación muy afinada para el Tour donde volverá a liderar un transatlántico como el BMC. Veremos si este es – ¡por fin! – el año del australiano.
No falla en la línea de salida la mayor esperanza francesa para el Tour: Romain Bardet. El del AG2R fue segundo el año pasado aquí y demostró un estado de forma que le permitió subirse al cajón en los Campos Elíseos de París. Su evolución es constante y aunque no sume victorias este año llega la parte decisiva de su temporada.
Y por último la carrera tiene dos incógnitas. La primera es la vuelta a la competición de Esteban Chaves. El colombiano lleva sin ponerse un dorsal desde febrero (en Herald Sun) y ha renunciado al Giro por una lesión que le ha hecho correr el Tour como su principal objetivo del año. Son nuevas metas para el ciclista del Orica, ya que nunca ha disputado ni la Dauphiné ni el Tour, así que veremos cómo responde el «Chavito«.
La otra incógnita es ver el verdadero nivel de Fabio Aru. El italiano decepcionó la temporada pasada con un mal Tour y este año tiene una nueva reválida planteada para el mes de julio. Se borró del Giro por problemas físicos y llega el momento de demostrar que está preparado para ser el líder absoluto de Astana tras la marcha de Vicenzo Nibali.
Recorrido

El recorrido es atractivo, dejando la alta montaña para el final con tres jornadas claves entre el viernes y domingo. Empezará todo con una etapa nerviosa – 170 km con 8 tachuelas puntuables – por Saint Étienne. Después, llegará el terreno para los velocistas con las llegadas a Arlanc y Tullins, que servirán como previo a la contrarreloj. Sin duda, la primera etapa clave para la general.
Son 23’5 km muy planos que servirán para dejar la general ajustada después del miércoles. La crono parece muy propicia para que Chris Froome abra diferencias y nos deje un análisis claro de lo que pueda pasar un mes después en el Tour.

El jueves respiro y sonrisa de los sprinters en Mâçon antes de la traca final. Porque ya el viernes llega el test del Mont du Chat, un puerto de categoría especial que también tendrán que acometer en la novena etapa del Tour de Francia. Será una etapa interesante con un descenso donde también se pueden abrir diferencias antes de la llegada a La Motte-Servolex.

Para el sábado se queda el primer final en alto en Alpe d’Huez, descubriendo una subida inédita del coloso alpino. Es muy corta, 3’7 km, ya que enlaza desde la cumbre del Col de Sarenne y está catalogada por la organización como un 2ª categoría.

Si quedan fuerzas – y está todo por decidir – el domingo nos queda un etapón con cuatro puertos y final en alto en Plateau de Solaison, de categoría especial. Antes habrá que superar Saises (1ª), Aravis (2º) y la Colombiere (1ª)
¡Cuidado con los horarios!

No nos debemos despistar porque nos podemos quedar con las ganas de ver alguna jornada clave de Dauphiné. Entre semana las etapas acabarán en torno a las 4 y media de la tarde, pero debemos tener cuidado ya que las etapas de fin de semana adelantan su horario. Así, la etapa de Saint-Étienne – la inicial – y las dos finales de montaña tienen prevista su llegada entre las 2 y las 3 de la tarde.
Eurosport retransmitirá la carrera y estaremos pendientes de los horarios de Teledeporte que todavía no ha anunciado cuál va a ser su cobertura. En principio, por tratarse de un producto ASO, la cadena pública también dispone de los derechos.
No hay mejor previa del Tour que la Dauphiné y no hay mejor forma para volver a coger el pulso a la carretera que disfrutar desde el próximo domingo de una carrera atractiva que nos dará muchas claves para el futuro. Algo así como el examen parcial de junio, que no sirve para la nota final, pero que da muchas pistas para el definitivo de julio. Ese donde todos quieren sacar matrícula de honor pensando en los Campos Elíseos.
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